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El sector ganadero ha experimentado una fuerte intensificación en las últimas décadas, observándose un incremento de las explotaciones de gran tamaño en detrimento de las pequeñas ganaderías familiares que, en muchas ocasiones, se han visto obligadas a cerrar.
En el caso del vacuno de leche vemos que en zonas donde antaño había muchas granjas ahora su presencia es prácticamente testimonial, un fenómeno que se podría atribuir a las dificultades y los elevados costes que supone la renovación de las instalaciones y que no se ven reflejadas en el pago de la leche, así como a la falta de personal cualificado y a la despoblación de las zonas rurales. El municipio de Binéfar (Huesca) es un ejemplo de esta situación, ya que se trata de una zona muy propicia para la producción de forrajes de alta calidad y con un alto rendimiento por hectárea. Sin embargo, a pesar de su riqueza agrícola las ganaderías lecheras se han ido reduciendo en número.
Una ganadería de largo recorrido
Agropecuaria Perat, más conocida como “Torre Carrasco”, es una ganadería que encarna a la perfección el relevo generacional tan necesario para mantener vivo al sector lechero en nuestro país.
Para mostrarnos los entresijos de esta ganadería ejemplar, nos reciben José Manuel Perat, propietario de la granja, junto con sus hijos Héctor y Cristian Perat, que están tomando las riendas del negocio y trabajando a diario para preservar este preciado legado familiar.
Héctor es Veterinario y se encarga de la monitorización diaria de las vacas, coordinando todo aquello relacionado con la sanidad y manejo reproductivo de las mismas. Cristian es Responsable de la Alimentación y Agricultura, hecho que ha permitido a esta granja ser prácticamente autosuficiente.
No obstante, aún quedan algunos bastiones que siguen en pie de guerra y, gracias a su fuerte compromiso y su espíritu emprendedor, logran mantenerse competitivos en un mercado tan cambiante y exigente como es el de la leche
Orígenes de Agropecuaria Perat
Los orígenes de Agropecuaria Perat se remontan a la bisabuela de Héctor y Cristian que tenía vacas Holstein originarias de la cornisa cantábrica, cuya leche iba destinada a los jornaleros que trabajaban en una finca cercana, “Las Pueblas”. Sin embargo, fue en 1975 cuando José Manuel decidió cambiar hacia una genética canadiense, ya que producían el doble de leche y tenían una vida productiva más larga. En ese momento, se encaminaron ya hacia una producción lechera más profesionalizada.
Con el paso de los años y, viendo que esta genética estaba yendo por otros derroteros, centrándose más en la morfología que en la funcionalidad, se decidió de nuevo hacer un cambio, en esta ocasión hacia vacas Holstein de origen holandés caracterizadas por su:
Estas características influyen en el retorno de la inversión de cada vaca, ya que no solo se centran en la cantidad de leche producida, sino en optimizar los costes generados.
En la actualidad, la granja cuenta con un censo total de 1.630 animales, entre ellos:
Autonomía & Rentabilidad
La filosofía de Agropecuaria Perat se sustenta en
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