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Los residuos de la agroindustria de manera sostenible

Uno de los principales problemas de la industria ganadera es la generación de desechos, como los purines, que son contaminantes y tienen un impacto ecológico evidente


En este tipo de investigaciones trabajan varias instituciones españolas. Una de ellas es el Centro Tecnológico en Biodiversidad, Ecología, Tecnología Ambiental y Alimentaria (BETA) de la Universidad de Vic-Universitat Central de Cataluña. Sergio Ponsá Salas, su director, es experto en tecnologías ambientales para tratar y valorizar residuos y subproductos orgánicos.

El debate público generado por las macrogranjas en España trae asociado otros como el de la gestión de los excrementos que producen los animales. Por un lado, su tratamiento es complejo. Asimismo, buscar recursos que los recuperen, tanto en materiales como en energía, también requiere de diversas estrategias y desarrollo tecnológico.

Actualmente existen diversas tecnologías para el procesado de las deyecciones ganaderas que permiten recuperar productos de valor a partir de estas.

Su viabilidad depende de:

Los científicos plantean soluciones que equilibren sus aspectos ambientales, económicos y sociales.

“Debemos ser capaces de abrir el foco para plantear soluciones lo más válidas y aplicables posible en este sentido. En el Centro Tecnológico BETA llevamos años trabajando para crear un equipo multidisciplinario que abarque el máximo de campos de conocimiento relacionados con el desarrollo rural”, apunta a SINC.

En los últimos años, las tecnologías focalizadas en un tratamiento que ponga fin a estos residuos han dado paso a otras totalmente orientadas a recuperar el máximo de recursos dice Sergio Ponsá Salas

En la actualidad hay principalmente tres estrategias de valorización de deyecciones ganaderas:

Dentro de cada una se desarrollan diferentes tecnologías, tanto físicoquímicas como biológicas o, lo que es más común, combinaciones de estas. Es importante destacar que en los últimos años las tecnologías focalizadas en un tratamiento que ponga fin a estas deyecciones han dado paso a tecnologías totalmente orientadas a recuperar el máximo de recursos.

Uno de los principales problemas de la industria ganadera es la generación de desechos, como los purines, que son contaminantes y tienen un impacto ecológico evidente

Opciones tecnológicas para su tratamiento

Existen tecnologías en diferentes fases de desarrollo:

Están ampliamente estudiadas, por lo que también podrían considerarse como tecnologías probadas y validadas para el tratamiento de deyecciones ganaderas.

Por otro lado, cabe mencionar algunas más innovadoras, cuya aplicación a escala real está muy cerca, como por ejemplo el biosecado, que ya cuenta con las primeras experiencias en plantas reales o tecnologías térmicas como la pirolisis o la gasificación.

Finalmente, entre las emergentes se encuentran en fases avanzadas de desarrollo:

Uno de los principales retos para garantizar la sostenibilidad de la actividad ganadera es que los costes asociados a la gestión de las deyecciones sea distribuido de forma justa y equitativa en toda la cadena alimentaria. Francesc Prenafeta

Francesc Prenafeta es Investigador principal del programa de Sostenibilidad en Biosistemas del Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA), “uno de los principales retos para garantizar la sostenibilidad de la actividad ganadera es que los costes asociados a la gestión de las deyecciones sea distribuido de forma justa y equitativa en toda la cadena alimentaria, incluido el consumidor, en lugar de recaer sobre el eslabón más débil que suele ser el ganadero”, argumenta a SINC.

Recientemente han publicado una Guía de las Tecnologías de Tratamiento de las Deyecciones Ganaderas, por encargo del departamento de agricultura de la Generalitat de Cataluña. Su objetivo es ayudar al sector ganadero en la toma de decisiones sobre las tecnologías más adecuadas en cada caso, según criterios técnicos y económicos.

“Se ha centrado en cinco tecnologías que se consideran hoy por hoy como consolidadas en relación con su eficiencia de tratamiento y viabilidad técnico-económica en las condiciones nuestro entorno”, apunta el científico del IRTA.

De manera complementaria y no menos importante, se están desarrollando tecnologías que persiguen también la recuperación de agua para reutilizarla en otros usos dentro de la cadena de valor agroalimentaria, tanto en irrigación como, por ejemplo, en acciones de limpieza.

Las deyecciones ganaderas son la fracción más visible de los residuos orgánicos generados por el sector agroalimentario, pero no se trata de la única. También genera residuos agrícolas, de procesado de alimentos, fangos de depuración e incluso residuos químicos u otros que son equiparables a los orgánicos urbanos.

Algunas de estas actividades tienen una alta concentración geográfica y esto es lo que ha desencadenado situaciones que a menudo no son sostenibles. Las deyecciones no son un problema, el problema es tener un exceso con respecto a la superficie agraria disponible donde aplicarlas como fertilizante.

Es necesario fomentar un mercado de fertilizantes orgánicos, con productos de calidad y fácilmente exportables. Francesc Prenafeta

“Es necesario fomentar un mercado de fertilizantes orgánicos, con productos de calidad y fácilmente exportables. Estos cambios requieren de incentivos públicos y un marco normativo apropiados, así como de un sector privado con iniciativa y capacitado técnicamente”, defiende Prenafeta.

Para garantizar la trazabilidad de las deyecciones, la Generalitat de Catalunya, por ejemplo, cuenta con el Decreto 153/2019 de gestión de la fertilización del suelo y de las deyecciones ganaderas, así como un programa de actuación en las zonas vulnerables en relación con la contaminación por nitratos procedentes de fuentes agrarias.

Cada ganadero debe realizar una declaración anual relativa a la gestión de las deyecciones y otros fertilizantes nitrogenados. Además, en parcela a más de 10 km de distancia (a 5 km tres años a partir de este 2022) será necesario que los equipos de transporte de estos residuos vayan equipados con GPS para poder garantizar su seguimiento, explica el científico del IRTA.

Existen distintos tipos de deyecciones ganaderas como purines, estiércoles o gallinaza. Cada uno de ellos puede dar lugar a diferentes productos. Aunque las opciones de valorización son muy numerosas, las más habituales son aquellas que persiguen la obtención de biofertilizantes o bioestimulantes.

De acuerdo con la normativa vigente, los subproductos pueden ser utilizados para la alimentación animal, o para la extracción de determinados compuestos con un valor añadido en biorrefinerías. Otros, sin embargo, se pueden utilizar para compostaje o digestión anaerobia.

 La estrategia actual es fomentar un sector agroalimentario competitivo y sostenible que logre más de menos.

“En este último caso, la combinación de subproductos con deyecciones ganaderas consigue incrementar notablemente la producción de biogás y, consecuentemente, la rentabilidad de la planta de tratamiento”, indica Prenafeta.

La estrategia actual es fomentar un sector agroalimentario competitivo y sostenible que asegure un suministro constante y suficiente de alimentos y bioproductos, mientras contribuye a la gestión sostenible de los recursos naturales en armonía con el medio ambiente.

Referencias:

SINC

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