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Desafíos y Estrategias en la Ganadería de Vacuno de Cebo en España

En el panorama actual de la ganadería de vacuno de cebo en España, se enfrenta a una serie de desafíos que requieren una constante adaptación y actualización en los manejos para mantener la competitividad y la sostenibilidad del sector. Si bien España cuenta con una larga tradición en la cría de ganado vacuno, la evolución de las demandas del mercado y los cambios en el entorno han generado nuevos retos que los ganaderos deben abordar con eficacia.

Uno de los desafíos principales es la creciente presión ambiental y social para reducir el impacto ambiental de la ganadería, especialmente en términos de emisiones de gases de efecto invernadero y el uso eficiente de recursos naturales como el agua y la tierra. En este sentido, los ganaderos de vacuno de cebo se enfrentan al reto de adoptar prácticas más sostenibles y eficientes en la producción, lo que requiere una actualización en los manejos para mejorar la gestión de residuos, optimizar el uso de recursos y reducir la huella ambiental de sus operaciones.

Otro desafío importante es la necesidad de garantizar la calidad y seguridad alimentaria de los productos de origen animal, en un contexto donde los consumidores son cada vez más exigentes en términos de transparencia y trazabilidad de los alimentos.  Además, la globalización y la apertura de nuevos mercados internacionales representan tanto una oportunidad como un desafío para la ganadería de vacuno de cebo en España. Si bien la demanda mundial de carne bovina está en aumento, los ganaderos deben enfrentarse a la competencia de otros países productores y cumplir con los estándares de calidad y sanidad animal exigidos por los mercados internacionales. Los ganaderos que logren adaptarse con éxito a estos cambios y adoptar prácticas innovadoras estarán mejor posicionados para enfrentar los desafíos futuros y aprovechar las oportunidades que ofrece el mercado en evolución.

El mejoramiento genético se configura como un proceso metódico y regulado que persigue la optimización y modificación de las características genéticas favorables dentro de una población bovina, con el propósito de potenciar al máximo su rendimiento productivo.

Los beneficios derivados de la mejora genética en la producción de vacuno de cebo son diversos y significativos, y van más allá de simplemente mejorar las características genéticas de los animales. Algunos de los beneficios clave incluyen:

  1. Incremento de la productividad: La mejora genética permite seleccionar y criar animales con rasgos genéticos deseables que mejoran la productividad del rebaño. Esto se traduce en una mayor eficiencia en la conversión de alimento en carne, un crecimiento más rápido y una mayor producción de carne por animal.
  2. Reducción de costes de producción: Al mejorar la eficiencia de los animales en términos de crecimiento, conversión alimenticia y resistencia a enfermedades, la mejora genética ayuda a reducir los costes de producción. Animales más eficientes requieren menos recursos, como alimento y medicamentos, lo que se traduce en ahorros significativos para los ganaderos.
  3. Mejora la calidad y el valor del mercado: Al seleccionar y criar animales con características genéticas que mejoran la calidad de la carne, como el marmoleado, la terneza y el contenido de grasa intramuscular, la mejora genética aumenta el valor comercial de los animales en el mercado. Los animales de mayor calidad son más valorados por los consumidores y pueden obtener precios más altos en el mercado, lo que aumenta los ingresos de los ganaderos.

La mejora genética en el ámbito ganadero se materializa a través de acciones deliberadas por parte de los ganaderos, orientadas a garantizar que las generaciones futuras de animales sean más eficientes en la producción de carne, leche u otros productos, con el fin último de incrementar la rentabilidad de sus explotaciones.

En la búsqueda constante por mejorar la productividad en términos de carne, leche y resistencia, el sector ganadero recurre a estrategias como los cruzamientos selectivos. Esta práctica constituye el pilar fundamental de la mejora genética, dado que reconoce que las características productivas de los animales están en parte determinadas por la dotación genética heredada de sus progenitores y que serán transmitidas a las generaciones futuras.

Los ganaderos pueden intervenir principalmente de dos maneras sobre esta práctica de mejora genética, las cuales podemos identificar como: 

  1. a) Selección: El ganadero es quien tiene la decisión sobre los ejemplares que serán utilizados para ser los reproductores para dar lugar a futuras generaciones.  Esto consiste en identificar y elegir a los animales que representen las características físicos y,  en medida de lo que se pueda, productivas que deseen transmitir y seguir proliferando en su producción. 
  2. b) Apareamiento selectivo: Implica la reproducción de los animales previamente seleccionados. Durante esta fase, los ganaderos toman decisiones sobre cómo emparejar machos y hembras elegidos, con el fin de combinar y potenciar las características genéticas óptimas en la próxima generación de animales.

Tanto la mejora genética para una raza específica de vacuno como la mejora genética para la producción de vacuno de cebo comparten el objetivo fundamental de optimizar las características genéticas deseables en los animales, pero difieren en su enfoque y alcance.

En el caso de la mejora genética para una raza específica de vacuno, el proceso se lleva a cabo de manera colectiva y organizada a través de asociaciones de criadores de esa raza en particular. Estas asociaciones implementan programas de mejora genética que tienen como objetivo mejorar las características genéticas de la raza en su conjunto. Esto implica la identificación y selección de los mejores reproductores dentro de la población de la raza, con el fin de preservar y potenciar las características distintivas y deseables de esa raza en particular, ya sea para carne, leche u otros propósitos específicos.

Por otro lado, la mejora genética para la producción de vacuno de cebo se centra en optimizar las características genéticas relevantes para la producción de carne en general, independientemente de la raza específica de los animales. Este enfoque es más amplio y global, ya que busca mejorar rasgos como la tasa de crecimiento, la eficiencia alimenticia, la calidad de la carne y la resistencia a enfermedades en el contexto de la producción de carne de vacuno en su conjunto. A diferencia de la mejora genética para una raza específica, que se centra en preservar y mejorar las características únicas de esa raza, la mejora genética para la producción de vacuno de cebo está orientada hacia la maximización del rendimiento y la rentabilidad en el contexto de la producción comercial de carne.

Determinar qué características son de interés en el engorde de vacuno implica considerar diversos factores relacionados con los objetivos y los desafíos a los que se enfrenta cada producción de vacuno. Los intereses y prioridades de cada producción, estipulan qué características se desean resaltar en los animales con los cuales producirán en futuras generaciones. Por otra parte, los desafíos pueden involucrar enfermedades en la región, clima, limitación de espacio o alimento, entre otros, que se pueden enfrentar a través de características específicas en los animales. En la práctica, la mayoría de los programas de selección se centran en dos grupos principales de características:

 

 

Entre todas las características reproductivas, una que merece especial atención es la facilidad de parto, la cual es crucial en la producción de vacuno de carne, especialmente en sistemas extensivos. Un alto porcentaje de partos difíciles puede causar pérdidas económicas significativas, tanto en gastos veterinarios como en una menor productividad de las vacas afectadas después del parto. Aunque seleccionar en base a esta característica puede ser desafiante desde el punto de vista genético, es posible recopilar información fenotípica para facilitar esta tarea.

La heredabilidad de un carácter productivo es un factor fundamental que no debe ser pasado por alto, ya que mide el grado de transmisión de ese carácter de padres a descendientes. Conocer la heredabilidad nos proporciona información crucial sobre cómo responderán los animales a la selección que realicemos en cada generación.

Los caracteres de crecimiento y engorde son especialmente importantes en la producción de vacuno de cebo, ya que tienen heredabilidades medias-altas. Esto significa que la selección puede ser muy efectiva para mejorar estas características. Además, estos caracteres se benefician de que pueden ser medidos en los descendientes de ambos sexos a edades tempranas, lo que facilita aún más el proceso de selección.

Por otro lado, los caracteres reproductivos, incluidas las aptitudes maternales, tienen heredabilidades más bajas. Esto significa que la respuesta a la selección en estos caracteres es más limitada.

Comenzar la mejora genética con la selección de mejores sementales es fundamental porque estos animales tienen un impacto genético significativo en la población y ofrecen una manera eficaz de propagar características genéticas deseables en el rebaño.

  1. Variedad genética: Al seleccionar sementales, los ganaderos pueden introducir nueva variedad genética en el rebaño, lo que ayuda a prevenir la consanguinidad y aumentar la diversidad genética.
  2. Rapidez en la mejora: Al centrarse en la selección de sementales con características genéticas deseables, los ganaderos pueden acelerar el proceso de mejora genética al propagar rápidamente esas características en la población.
  3. Control de la reproducción: Utilizar sementales selectos permite un control más preciso sobre la reproducción y la transmisión de características deseables en la descendencia.
  4. Pruebas de rendimiento: Los sementales pueden ser sometidos a pruebas de rendimiento para evaluar sus características genéticas y su capacidad para transmitirlas a la descendencia, lo que ayuda a garantizar una mejora efectiva de la población.

Las acciones de selección comienzan con la elección de los candidatos a sementales mejorantes. Cada generación, un grupo de terneros es seleccionado después del destete (aproximadamente a los 6-7 meses) y llevado a una estación de control o centro de testaje. Estos grupos, llamados series de testaje, consisten en terneros de la misma edad que son engordados conjuntamente con fines selectivos.

Los criterios de elección incluyen el índice de pedigrí, así como la evaluación individual del ternero en el destete, su peso y su conformación cárnica.

Para ser considerados excelentes, los jóvenes sementales deben demostrar que su semen tiene capacidad fertilizadora a través de inseminación artificial, ya que su destino son las pruebas de descendencia. Para ello, estos sementales se reproducen mediante inseminación artificial.

Utilizar sementales en el proceso de mejora genética también es viable por varias razones, especialmente cuando se emplea la inseminación artificial.

  1. Eficiencia reproductiva: La inseminación artificial permite la utilización eficiente del material genético de los sementales seleccionados. En lugar de tener que introducir físicamente a los sementales en el rebaño, se puede recolectar y utilizar su semen para inseminar a múltiples hembras, lo que maximiza el impacto genético de cada semental.
  2. Diversidad genética: Al utilizar la inseminación artificial con semen de sementales seleccionados, los ganaderos pueden introducir una mayor diversidad genética en el rebaño sin tener que adquirir nuevos animales. Esto es especialmente importante para evitar la consanguinidad y mantener la salud y la vitalidad de la población.
  3. Costo y espacio reducidos: La inseminación artificial elimina la necesidad de mantener múltiples sementales físicamente en la explotación ganadera, lo que puede reducir los costos de alimentación, cuidado y espacio. Además, al no tener que adquirir nuevos animales, se reducen los costos asociados con la compra y el transporte de sementales.
  4. Flexibilidad en la selección: La utilización de la inseminación artificial permite a los ganaderos seleccionar y utilizar semen de una amplia variedad de sementales, incluso aquellos que pueden estar ubicados en otras regiones o países. Esto amplía el pool genético disponible y ofrece una mayor flexibilidad en la selección de características deseadas.

Los avances biotecnológicos, como la Inseminación Artificial (IA) y la Inseminación Artificial a Tiempo Fijo (IATF), ofrecen oportunidades para mejorar la productividad en la ganadería. Estos métodos utilizan semen testado de animales altamente productivos en la producción de carne y/o leche.

La IA aprovecha las características genéticas destacadas de toros productivos, evaluadas a lo largo de varias generaciones en la producción láctea o cárnica. La práctica de la IA implica la detección del celo y la inseminación en momentos específicos, aunque pueden presentarse variaciones en el ciclo estral de cada hembra y en el ambiente.La técnica de la IATF ha evolucionado con el tiempo para mejorar la eficiencia reproductiva y reducir los intervalos entre partos. Se basa en la sincronización del celo de las hembras mediante la aplicación de hormonas, siguiendo protocolos específicos.

Para implementar estos programas, la Asociación de criadores puede contar con el apoyo técnico de genetistas de centros de investigación o universidades, así como con la colaboración de centros de inseminación para planificar las pruebas de descendencia. Sin embargo, la falta de información y divulgación de estas prácticas entre los pequeños productores ha limitado su adopción y el nivel de productividad en el sector ganadero, principalmente debido al desconocimiento de su relación costo-beneficio.

 

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