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AUTOR

Ana Hurtado

Departamento de Sanidad Animal, NEIKER-Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario

Ana L. García Pérez

Departamento de Sanidad Animal, NEIKER-Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario

Ceferino M. López Sández

Dpto. Patología Animal, Facultad de Veterinaria, USC, Lugo

Ion I. Zendoia

Departamento de Sanidad Animal, NEIKER-Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario

Isabel Jado

Laboratorio de Patógenos Especiales, Instituto de Salud Carlos III, Centro Nacional de Microbiología, Madrid

Jesus F. Barandika

Departamento de Sanidad Animal, NEIKER-Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario

Raquel Álvarez Alonso

Departamento de Sanidad Animal, NEIKER-Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario

Adaptado y traducido del artículo original: “Monitoring Coxiella burnetii Infection in Naturally Infected Dairy Sheep Flocks Throughout Four Lambing Seasons and Investigation of Viable Bacteria”, Front. Vet. Sci. vol.7:352. doi: 10.3389/fvets.2020.00352 ISSN=2297-1769

La fiebre Q es una enfermedad muy extendida de carácter zoonótico originada por la bacteria intracelular Coxiella burnetii. El principal reservorio es el ganado ovino y caprino, y ambas especies juegan un papel significativo en la infección humana causada por este patógeno.

Esta enfermedad provoca abortos en los pequeños rumiantes y, una vez que la bacteria entra en el rebaño, la infección se propaga velozmente.

Los animales infectados excretan Coxiella burnetii, en el momento de los abortos o del parto normal, a través de:

  • Fluidos vaginales
  • Heces
  • Leche
  • Orina

Además, pueden seguir excretando la bacteria durante las semanas posteriores al aborto o parto.

La carga bacteriana que liberan los animales abortados es mayor que en aquellos animales con un parto normal.

Las tasas de aborto debidas a Coxiella burnetii son especialmente elevadas en las cabras (hasta el 70-90%), y más bajas en el ganado ovino (normalmente por debajo del 6%). Estas bajas tasas pueden pasar desapercibidas o considerarse normales por el ganadero, por lo que muchas muestras de animales abortados no se analizan.

Es decir, no se diagnostica la fiebre Q y no se aplican las medidas de control adecuadas, por lo que la enfermedad se puede mantener en el rebaño a lo largo de varias parideras consecutivas.

En una investigación reciente se detectó la bacteria en la leche de un rebaño 10 años después de la primera detección.

Esto sugiere que el manejo y la gestión sanitaria del rebaño, unido a la falta de medidas de control adecuadas, puede originar la reactivación periódica de la infección por Coxiella burnetii.

La excreción de la bacteria por parte de los animales infectados, junto con los movimientos dentro de la granja, promueven la formación de aerosoles contaminados, cuya máxima carga bacteriana se produce durante el pico de abortos/partos, y se correlaciona con el número de animales excretores en el rebaño.

Actualmente, se desconoce el tiempo que la infección permanece activa dentro de un rebaño.

Se sabe que en la temporada reproductiva que sigue a un brote de abortos por fiebre Q, estos disminuyen, y la excreción de la bacteria también.

El ADN de Coxiella burnetii se puede detectar 4 años después de superar la infección en el polvo recogido en las instalaciones de la granja, aunque no se sabe si este ADN procede de bacterias viables.

Los resultados de otra investigación señalaron que las cargas de Coxiella burnetii viables en el ambiente de la explotación (polvo), se mantienen elevadas durante el periodo de partos o abortos, y disminuyen progresivamente hasta que no se detectan cantidades suficientes de bacterias viables, 2 meses después del último parto.

Por otro lado, en España no existe mucha información sobre los genotipos de Coxiella burnetii implicados en los casos de fiebre Q, ni en humanos ni en animales.

En estudios recientes realizados en el norte de España, se ha identificado al ganado caprino como un reservorio importante de la fiebre Q, y se ha relacionado con casos de infección en humanos pero, curiosamente, ovejas y cabras comparten los mismos genotipos de la bacteria en esa zona geográfica.

El objetivo de esta investigación fue estudiar el progreso de la infección natural por Coxiella burnetii a lo largo de 4 temporadas de partos en 4 rebaños de ganado ovino lechero, con sistemas de producción semiextensivos, y en los que no se aplicaba la vacunación.

ELECCIÓN DE REBAÑOS Y MUESTRAS

La raza ovina Latxa es una raza lechera autóctona del País Vasco. Los partos se producen una vez al año, entre noviembre y enero para las ovejas, y entre marzo y abril para las prímalas (animales de primer parto).

El ganado se estabula en los meses de invierno, y durante la noche y días de lluvia durante la temporada de ordeño, que finaliza en junio-julio. Posteriormente, el rebaño se traslada a pastos comunales en la montaña, donde comparten zonas de pastoreo con otros rebaños de ovejas, vacas, caballos y fauna silvestre (jabalíes, zorros, corzos y tejones principalmente).

Se seleccionaron 4 rebaños de ovejas que fueron positivos en una RT-PCR (Real Time PCR) realizada en muestras de leche de tanque durante los meses de marzo-abril de 2015.

Las prímalas de estos rebaños mostraron una alta seroprevalencia contra Coxiella burnetii, por lo que ambos resultados sugieren que la infección estaba activa en los rebaños (Tabla 1).

Las temporadas de partos seleccionadas para estudiar la evolución de la infección fueron:

  • 2015/2016
  • 2016/2017
  • 2017/2018
  • 2018/2019

Estos rebaños nunca fueron vacunados.

El primer paso fue la realización de una encuesta para reunir datos sobre censo, características de las explotaciones, gestión del rebaño, historial de abortos y medidas de higiene y bioseguridad aplicadas en cada explotación.

En base a la información aportada por los ganaderos, no se había registrado un significativo número de abortos en los años previos al estudio.

Para el correcto manejo de las muestras de abortos (placentas), se ofreció a los ganaderos un congelador y contenedores de residuos biológicos, para su almacenamiento y posterior incineración. El objetivo era eliminar lo más rápido posible el material potencialmente infeccioso y reducir así la posible contaminación ambiental.

  • 3 de los 4 ganaderos utilizaron este sistema
  • El 4º disponía de un sistema de emparrillado por el cual las placentas caían directamente a un foso

Otros datos de interés para la investigación fueron que:

  • Los Rebaños 2 y 3 compraban animales
  • El Rebaño 4 cambió de instalaciones en la temporada 2018/2019

Estos rebaños se visitaron en las temporadas de partos durante 4 años consecutivos. Los 3 primeros años se recogieron muestras de ovejas y prímalas, así como de animales comprados, en el caso de que los hubiere.

El último año del estudio solo se tomaron muestras de prímalas.

Se recogieron muestras de un total de 40 ovejas y 40 prímalas durante la semana siguiente al parto, para evaluar la excreción de Coxiella burnetii (Tabla 1).

Durante estas visitas se tomaron también muestras ambientales, que consistieron en 8-10 muestras de polvo de las superficies de las instalaciones, con el objetivo de analizar la viabilidad de la bacteria en el ambiente.

Las muestras recogidas fueron de:





 
 

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