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AUTOR

Aníbal Fernández Mayer

Nutricionista EEA INTA Bordenave (CERBAS) MSc y Doctor en Cs Veterinarias

El uso de las grasas en la dieta de los rumiantes no siempre se realiza adecuadamente, siendo frecuente que no se alcancen los resultados productivos esperados debido a un consumo elevado o a un uso inapropiado de la fuente rica en ácidos grasos (AG).

Cuando la ración contiene un exceso de grasa, especialmente de ácidos grasos insaturados, repercute negativamente sobre el crecimiento de las bacterias del rumen, viéndose más afectadas las bacterias celulolíticas que las amilolíticas.

De todos los ácidos grasos insaturados evaluados, el ácido oleico (C18:1) tiene el mayor efecto inhibidor.

Cuando un alimento entra en el rumen y se “empapa” en aceite o grasas se producen los siguientes efectos:

Menor degradabilidad de la fibra del alimento
Menor consumo voluntario de alimento
Posibles trastornos digestivos (diarrea)

No se recomienda que la concentración total de grasas (extracto etéreo) supere el 5-6% en la dieta total de un rumiante, independientemente de su aptitud.

Hidrogenación de un AG insaturado y Grasas protegidas

Los AG insaturados tienen un mayor efecto negativo sobre los microorganismos que los saturados, aunque a nivel intestinal tienen una mayor digestibilidad.

Por lo tanto,





 
 

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Revista rumiNews Septiembre 2024

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