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Tradicionalmente, los sistemas extensivos predominaron en la producción de pequeños rumiantes. Actualmente, la intensificación del ganado ovino y caprino ha llevado a adaptar los espacios y las necesidades, tanto fisiológicas como de comportamiento.
Las instalaciones deben asegurar unas condiciones ambientales y de bienestar que permitan a los animales vivir de forma adecuada.
En función de la explotación, los alojamientos deben cubrir una serie de parámetros respecto a:
EL ESPACIO
Hay que tener en cuenta el espacio mínimo disponible por cada animal.
Hay que prestar atención tanto al nº de metros cuadrados como al tamaño y nº de comederos y bebederos que sean necesarios para un adecuado acceso al agua y al alimento.
La superficie de suelo disponible varia según la especie y el estado productivo del mismo.
Las cabras normalmente necesitan más espacio que las ovejas, debido a que las cabras raramente descansan en contacto con otras cabras. Esto sí ocurre con las ovejas, que tienen un comportamiento más gregario.
Tanto ovejas como cabras prefieren descansar contra una pared, en vez de en el medio de la cuadra.
El espacio disponible para cada animal influye en su comportamiento. En ovejas por ejemplo, se ha comprobado que el incremento de 1,5 a 3 metros cuadrados implica que las ovejas caminen más y se reducen los casos de agresiones.
También influye el estado productivo en sus necesidades de espacio, aumentando estas necesidades tras procesos como el parto.
Comederos:
Bebederos:
VENTILACIÓN Y TEMPERATURA
Estos parámetros influyen decisivamente en la salud, productividad y bienestar de los pequeños rumiantes.
La ventilación es necesaria para eliminar el aire contaminado con gases tóxicos (CH4 y NH3 particularmente) que proceden de la respiración y digestión de los animales.
Además, se libera el exceso de humedad y se aporta oxígeno necesario para la vida, así como sirve de ayuda para regular la temperatura en el interior de la nave.
Para conseguir las condiciones idóneas de ventilación y temperatura es importante la correcta orientación de la nave. Ésta, por norma general, debe estar siempre perpendicular en su eje largo a la dirección de los vientos dominantes en la zona.
Así se consigue una adecuada velocidad de aire en el interior de la nave.
Los parámetros óptimos son los siguientes:
Los metros cúbicos/hora de aire contaminado que se liberan dependen de varios factores:
LUZ
Los ciclo de luz y oscuridad y su duración influyen en muchas funciones biológicas importantes desde el nivel reproductivo y productivo (secreciones hormonales).
Las ovejas y las cabras son poliéstricas estacionales, por lo que su ciclo estral se regula según las horas de luz y oscuridad. Es un aspecto fundamental para inducir un fotoperiodo de manera artificial.
Los niveles inadecuados de iluminación en nuestra explotación originan alteraciones en nuestros animales. Hay que intentar que tengan acceso a la luz del sol.
Si la iluminación es insuficiente se reduce la ingesta y de la actividad de los rumiantes.
Por otro lado, la iluminación excesiva provoca hiperactividad.
RUIDO
Se debe minimizar el ruido en la medida de lo posible (maquinaria, ruidos repentinos y fuertes) ya que es una causa más de estrés.
Se asocia el aumento del nivel de ruido a una reducción del tiempo de ingesta y un aumento del comportamiento inactivo en las ovejas; todo supone una merma en la producción, así como hacer a los animales más susceptibles a contraer enfermedades.
Fuente: Agropal.
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