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La fotosensibilización se produce cuando la piel se vuelve extremadamente sensible a la luz solar, lo que provoca una quemadura muy grave, incluso en condiciones de nubosidad. Es muy dolorosa, y los animales afectados pueden estar deprimidos o mostrar signos de dolor e irritación en las zonas afectadas.
¿Qué causa la fotosensibilización?
Hay tres causas principales:
El ejemplo más común es la enfermedad conocida como plochteach o amarillamiento, que se observa en los animales que pastan en los páramos, donde consumen asfódelos de pantano (Narthecium ossifragum). La plochteach es más común en corderos de 2-6 meses, y es rara en ovejas adultas, pero puede afectar hasta el 10% de los corderos en algunas granjas.
La fotosensibilización también se produce en animales con trastornos hereditarios que producen agentes fotosensibilizantes a través de vías metabólicas anormales.
Algunos ejemplos son la porfiria de los Holsteins, la protoporfiria del ganado Limousin y una afección de las ovejas Southdown.
En algunos casos, la fotosensibilización se produce con mayor frecuencia en animales que salen a pastos exuberantes después de haber pasado un periodo prolongado en el interior con forraje conservado.
¿Cómo se presentan los síntomas?
Sólo afecta a la piel no pigmentada, siendo las zonas de pelo fino, como las orejas y el hocico, las de mayor riesgo. Las partes afectadas se hinchan, afectando a las orejas (caídas) y presentando los ojos cerrados en los casos graves. La piel puede desprender un líquido tisular amarillo. Más tarde, la piel se vuelve seca y agrietada, con una textura similar al cartón.
Los daños en la piel permiten la entrada de bacterias en el organismo y puede producirse una importante pérdida de proteínas y líquidos a través de la superficie agrietada.
Cuando la cara está afectada, los animales tienen dificultades para comer y beber y pueden morir por deshidratación.
¿Qué tratamientos existen?
Los animales afectados deben ser alojados lo antes posible para protegerlos de una mayor exposición a la luz solar y evitar la entrada de bacterias a través de la piel dañada.
En los casos esporádicos sólo es necesario alojar a los animales individualmente, pero cuando hay un gran número de animales afectados y en riesgo (por ejemplo, en el caso de rebaños de corderos que pastorean colza) se aconseja trasladarlos a otros pastos.
La práctica habitual es tratar con un antibiótico a base de penicilina y un antiinflamatorio con esteroides para reducir la hinchazón.
Dependiendo de la causa, el veterinario puede aconsejar otros tratamientos.
¿Es posible la prevención?
La prevención depende de la causa de la fotosensibilización.
Si la afección está causada por una fotosensibilización primaria debida al consumo de Brassica:
El riesgo es mayor con las plantas «jóvenes» de colza y berza, por lo que hay que evitar el pastoreo de estas plantas (antes de 90 días para la colza, antes de 150 días para la berza).
Si la fotosensibilización primaria está causada por el consumo de malas hierbas, normalmente sólo afecta a un pequeño número de animales, por lo que no suelen ser necesarias medidas preventivas. No se aconseja que el ganado vacuno u ovino paste o se alimente con trigo sarraceno.
Cuando la fotosensibilización secundaria está causada por un daño hepático:
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