La raza de Lidia a menudo está en el ojo del huracán, sujeto a controversia en cuanto a sus condiciones de bienestar y a su uso en los festejos.
Sin embargo, muchas personas desconocen las condiciones reales de producción de estos animales. Por ello, veterinarios de la Universidad de Zaragoza está llevando a cabo una encuesta con el objetivo de conocer y analizar los niveles de información, conocimiento y sensibilización que tiene la población española sobre la Raza de Lidia y sus aptitudes.
La vaca de lidia es un animal elipométrico, de aptitud dinamógeno y marcado dimorfismo sexual. Poseen cuernos en gancho corto y muchas capas distintas. Su distribución es por toda la Península Ibérica, con amplia implantación en las dehesas de las dos mesetas (Andalucía y Extremadura).
La reproducción se lleva a cabo por monta natural, destacando una buena aptitud maternal y la longevidad de las hembras (primer parto a la edad de 33-42 meses).
Esta raza es una de las más antiguas del mundo, y se caracteriza por una enorme diversidad genética, distribuida entre ganaderías y encastes, y pionera en la implantación de criterios de selección complejos.
La creación de la raza se basó en los mismos procedimientos zootécnicos aplicadas en otras razas, y pruebas funcionales individuales en campo (acoso y derribo, retienta) a partir de ganado bovino autóctono español, y ubicado en 5 zonas de crianza distribuidas por casi todo el territorio.
El sistema de cría es el extensivo, utilizando amplias dehesas para desarrollar sus hábitos y que, a su vez, contribuyen a la conservación de las mismas. La alimentación está basada en el aprovechamiento de los recursos naturales, suplementado en periodos de escasez con piensos y materias primas vegetales.
El Libro Genealógico lo gestiona la Unión de Criadores de Toros de Lidia (UCTL). Fue fundada en 1905 y representa a más de 300 ganaderías distribuidas en 3 países de Europa (España, Portugal y Francia).