Los procesos diarreicos en los terneros suponen un verdadero problema en cualquier ganadería, ya que provoca una elevada mortalidad y en el caso de los animales que sobreviven, condiciona de por vida su rendimiento productivo posterior.
Evidentemente, uno de los factores que más condiciona el rendimiento productivo de cualquier animal es el estado nutricional, algo que depende tanto de la composición de la dieta como de la integridad estructural y funcional del intestino.
De hecho, de nada sirve aportar un alimento de la mejor calidad si el animal no es capaz de absorber los nutrientes presentes en él, ya que terminaremos por desperdiciar un valioso recurso.
Así, además de cuidar la composición de la dieta, es esencial instaurar todas las medidas necesarias para favorecer la salud intestinal del pre-rumiante, siendo la prevención, diagnóstico y tratamiento de las diarreas neonatales esenciales para lograr este objetivo:
Uno de los puntos clave a tener en cuenta a corto plazo es evitar la deshidratación del animal. ¿Sabemos reconocerla?
Reconocer que nos encontramos ante un proceso diarreico es el primer paso para resolverlo, siendo importante valorar cómo de enferma está la ternera para poder tomar las medidas oportunas para evitar la deshidratación y corregir la acidosis metabólica (caída brusca del pH de la sangre).
Dado que la acidosis metabólica afecta directamente al cerebro del animal, se manifestará en forma de:
Así, nivel práctico podríamos clasificar los terneros en dos grupos en función de la gravedad del proceso:
¿Cómo podemos saber si el ternero está deshidratado?
Observación del globo ocular
Una forma sencilla de determinar el grado de deshidratación del ternero es observando el globo ocular, ya que en el caso de animales deshidratados observaremos retracción del mismo, formándose un hueco visible entre el párpado y el globo ocular.
Persistencia del pliegue cutáneo
Pellizcar la piel a nivel del cuello, retorciéndolo ligeramente, nos dará una idea del nivel de deshidratación, ya que en condiciones normales deberá retornar a su estado normal, mientras que en un animal deshidratado retornará más lentamente.
En la siguiente tabla podemos ver el nivel de deshidratación en función de estos dos parámetros:
Retracción del globo ocular (mm) | Persistencia del pliegue cutáneo (s) | Grado de deshidratación (%) |
3 mm | 5 s | 6 % |
6 mm | 10 s | 10 % |
8 mm | > 10 s | 12% |
¿Cómo administramos la fluidoterapia?
¿Cómo calcular la cantidad de fluidos necesarios?
Se puede aplicar la siguiente fórmula basada en el % de deshidratación del animal:
Peso del animal (kg) x % Deshidratación = Volumen de fluidos a reponer (L)
¿Qué fluidos debemos administrar?
A la hora de elegir los fluidos que administraremos al animal, debemos tener en cuenta que deben ser capaces de contrarrestar la acidosis metabólica, siendo interesante usar aquellos que contengan bicarbonato, acetato o algún producto similar.
Es importante que también contenga glucosa para favorecer la absorción de sodio, que a su vez es importante para facilitar la retención de agua por el animal.
Combatir la deshidratación es solo el primer paso que debe ir seguido de una buena monitorización por parte del veterinario, que será el encargado de valorar la necesidad de administrar otros medicamentos como antibióticos o antiinflamatorios. Además, se deberán tomar las medidas necesarias para determinar si la diarrea es de origen infeccioso con el fin de evitar su propagación por la explotación. Así el diagnóstico deberá estar respaldado por la sintomatología de los animales y los resultados de los análisis laboratoriales pertinentes.
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