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La lengua azul impacta la ganadería en Toledo y Extremadura, provocando brotes y restricciones en las explotaciones afectadas.
El brote de lengua azul en Toledo ha encendido las alarmas en la región. Según las autoridades sanitarias, se han detectado focos de esta enfermedad en diversas ganaderías, lo que ha llevado a la activación de protocolos de emergencia. La lengua azul es una enfermedad viral que afecta principalmente a ovejas y, en menor medida, a bovinos. La cepa detectada en Toledo parece ser más agresiva que otras variantes anteriores, lo que preocupa tanto a veterinarios como a ganaderos.
Los síntomas de la lengua azul incluyen fiebre alta, inflamación de la boca, nariz y lengua, lo que puede causar dificultades respiratorias y una marcada disminución en la productividad del ganado. Aunque no es transmisible a los humanos, la enfermedad puede causar importantes pérdidas económicas debido a la muerte de los animales infectados y las restricciones impuestas para evitar la expansión del virus. |
Las autoridades han declarado zonas de protección y de vigilancia en los alrededores de los focos detectados, y se ha intensificado la vacunación en las áreas cercanas. En estas zonas, el movimiento de ganado está restringido para evitar la propagación del virus. Según informes preliminares, la cepa encontrada parece ser una mutación de la ya conocida, lo que podría dificultar el control del brote.
El brote en Extremadura ha causado un impacto significativo, afectando a cientos de explotaciones ganaderas. En las últimas semanas, ganaderos de la región han denunciado la gravedad de la situación y el lento avance de las medidas para contener el virus. Muchos de ellos aseguran que la situación está afectando tanto su salud mental como la viabilidad de sus negocios, como lo señala un ganadero de Badajoz en una reciente entrevista para COPE: «Este brote me quita las ganas de seguir criando ovejas, los animales están enfermos y los mercados cerrados».
La región de Extremadura, que es una de las principales productoras de ganado ovino y bovino en España, ha visto cómo la lengua azul impacta de manera devastadora en sus ferias ganaderas. Un claro ejemplo de ello es la Feria Agroganadera de Trujillo, uno de los eventos más importantes para el sector en la región, que ha tenido que ser aplazado debido a las restricciones impuestas para evitar la propagación del virus. Los organizadores de la feria han lamentado el impacto negativo que este aplazamiento tiene en la economía local, ya que la feria no solo es un punto de encuentro para ganaderos, sino también un motor económico para muchas empresas del sector agroalimentario.
Las autoridades tanto en Castilla-La Mancha como en Extremadura están trabajando para contener el brote. Se ha incrementado la vacunación en los rebaños de las zonas afectadas, y los movimientos de ganado han sido estrictamente controlados. Sin embargo, algunos ganaderos critican que las medidas no han sido lo suficientemente rápidas ni efectivas.
Uno de los mayores desafíos que enfrentan los ganaderos es la falta de acceso a los mercados, ya que las restricciones de movimiento han bloqueado la venta de animales. Esto no solo reduce los ingresos de los ganaderos, sino que también pone en peligro la cadena de suministro de carne y otros productos derivados. En Extremadura, los ganaderos ya están advirtiendo que las pérdidas económicas pueden ser devastadoras si no se toman medidas más contundentes para frenar la propagación del virus.
La Federación de Ganaderos de Extremadura ha solicitado una mayor intervención del gobierno central para agilizar la vacunación y liberar fondos de emergencia que ayuden a mitigar el impacto económico en las explotaciones afectadas. Además, han pedido que se facilite la logística para que los animales vacunados puedan volver a comercializarse sin restricciones, lo que aliviaría la presión sobre el sector.
Mientras las autoridades siguen implementando medidas para controlar la lengua azul, la comunidad ganadera sigue en vilo. Los ganaderos temen que, si la enfermedad no se contiene pronto, las consecuencias podrían prolongarse durante meses, afectando no solo la productividad y la economía de las explotaciones, sino también la reputación de los productos cárnicos españoles en el mercado internacional.
Por ahora, el esfuerzo conjunto de veterinarios, autoridades locales y ganaderos se enfoca en contener la propagación del virus y mitigar los daños. Sin embargo, la situación sigue siendo delicada y se necesitará un esfuerzo sostenido para evitar que el brote se extienda a otras regiones del país.
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