Mohamed VI suspende la Fiesta del Cordero en Marruecos por la sequía

El monarca alauí insta a los marroquíes a no celebrar el Eid al-Adha ante la escasez de ganado y la crisis hídrica

• La suspensión del Eid al-Adha en Marruecos marca un hito en la historia del país y evidencia la gravedad de la crisis climática y económica que enfrenta la nación. Con un monarca cuya salud genera incertidumbre y una población afectada por las dificultades económicas, el futuro de Marruecos dependerá en gran medida de las decisiones que se tomen en los próximos meses para afrontar estos desafíos.

El rey Mohamed VI de Marruecos ha tomado la inusual decisión de suspender la celebración del Eid al-Adha, también conocido como la Fiesta del Cordero, debido a la prolongada sequía que afecta al país y la consiguiente escasez de ganado. Esta medida, comunicada por el monarca a través de un mensaje oficial, ha generado un amplio impacto en la sociedad marroquí, ya que se trata de una de las festividades religiosas más importantes del Islam.

Una decisión sin precedentes ante la crisis climática

La sequía que azota Marruecos desde hace varios años ha alcanzado niveles críticos, con embalses en mínimos históricos y una grave afectación a la ganadería. La escasez de agua ha provocado una drástica reducción en la producción de forraje, lo que ha incrementado los costos de alimentación del ganado y ha reducido significativamente la oferta de corderos para el sacrificio tradicional del Eid al-Adha.

Ante esta situación, Mohamed VI ha instado a la población a abstenerse de realizar sacrificios este año, en un intento por mitigar los efectos de la crisis ganadera y garantizar la sostenibilidad de los recursos agropecuarios. Según fuentes cercanas al Palacio Real, la decisión responde a un compromiso con la protección del medio ambiente y el bienestar económico de la población, especialmente de las familias con menos recursos que podrían verse obligadas a endeudarse para adquirir un cordero.

El impacto económico y social de la medida

La cancelación de la Fiesta del Cordero supone un duro golpe para los ganaderos y comerciantes marroquíes, quienes dependen en gran medida de la demanda generada por esta festividad. En años anteriores, la celebración del Eid al-Adha ha representado un impulso económico significativo para el sector agropecuario, con un volumen de transacciones que moviliza millones de dirhams en la compra y venta de ganado.

Los criadores de ovejas y cabras, en particular, han expresado su preocupación ante la posibilidad de pérdidas masivas y dificultades para mantener sus explotaciones en funcionamiento. Asimismo, carniceros y comerciantes también se verán afectados por la reducción en la demanda de carne, lo que podría traducirse en un impacto negativo en la economía local.

Un Ramadán marcado por la salud del monarca

A la crisis climática y económica se suma la preocupación por el estado de salud de Mohamed VI, quien ha anunciado la suspensión de sus actividades oficiales durante el mes de Ramadán por motivos médicos. Esta noticia ha generado especulaciones sobre el estado físico del monarca y ha avivado los debates sobre la estabilidad política en el país.

Aunque el Palacio Real no ha detallado la naturaleza exacta de los problemas de salud del rey, fuentes cercanas al gobierno indican que se trata de una condición que requiere reposo y tratamiento especializado. En este contexto, la suspensión de la Fiesta del Cordero también podría interpretarse como un gesto de prudencia por parte del monarca, quien busca evitar grandes reuniones y eventos multitudinarios en un momento delicado para su salud.

Reacciones y perspectivas

La decisión de Mohamed VI ha generado diversas reacciones en la sociedad marroquí. Mientras algunos sectores han acogido la medida con comprensión, dada la gravedad de la sequía, otros la han criticado por el impacto económico que supondrá para miles de familias. En las redes sociales, la discusión está dividida entre quienes apoyan la iniciativa como un acto de responsabilidad y quienes consideran que el gobierno debería haber implementado medidas de apoyo para el sector ganadero antes de tomar una decisión tan drástica.

A nivel político, la oposición y algunos analistas han señalado que esta situación pone de manifiesto la necesidad de reformas estructurales en la gestión del agua y la agricultura en Marruecos, para evitar que la crisis hídrica siga afectando la economía y las tradiciones del país.

Mientras tanto, el gobierno ha anunciado que está trabajando en planes de emergencia para apoyar a los ganaderos y garantizar el abastecimiento de carne en el mercado local a precios accesibles. Se espera que en las próximas semanas se implementen medidas concretas para mitigar los efectos de esta decisión histórica.

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