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05 Ago 2019

4 puntos clave para prevenir infecciones en pequeños rumiantes

La Bioseguridad es la primera defensa que tenemos para prevenir las enfermedades infeccciosas y parasitarias en los pequeños rumiantes. Sin embargo, implementar un protocolo de bioseguridad efectivo no es tan fácil, ya que muchos rebaños salen a pastar en extensivo, existiendo muchos factores que escapan de nuestro control.

No obstante, existe una serie de medidas que sencillas y económicas que contribuirán a reducir el riesgo de infección de los animales.

Planificar las cubriciones

Planificar el calendario de cubriciones y elegir el sistema más adecuado en función del número de animales, la mano de obra disponible y las fechas en las que no queremos partos es fundamental.

Esta planificación permitirá tener épocas en las que no habrá parideras, de forma que se podrá hacer un buen vaciado sanitario, incluyendo la retirada del estiércol y la desinfección completa de las instalaciones.

Además, es importante tener en cuenta que la fertilidad de las ovejas y cabras es estacional, lo que implica que en invierno y primavera podemos encontrarnos con un exceso de partos con un aumento de mortalidad de los corderos y cabritos.

Planificar la limpieza y desinfección

La planificación de la limpieza y desinfección de las instalaciones donde se alojan los animales se debe hacer en función de los partos.

Se recomienda limpiar y desinfectar las camas después de cada parición, de forma que se reducirá sensiblemente la carga de patógenos en la explotación. 

 

Controlar la reposición

A la hora de introducir nuevos animales, es fundamental conocer su procedencia y su estatus sanitario.

Lo más recomendable es comprar animales con 6 meses de edad, como máximo, aplicándoles el plan vacunal de la granja para evitar la entrada de patógenos que estén ya controlados en la granja.

Extremar la higiene en los partos

El manejo de los partos debe recibir especial atención, ya que se trata de el momento ideal para la diseminación de patógenos, entre los que se encuentran los causantes de abortos.

Así, unas correctas prácticas de higiene contribuirán a minimizar la propagación de estos agentes patógenos, entre ellas:

  • El uso de guantes para atender los partos y, en el caso de que la granja sea positiva a Fiebre Q (Coxiella burnetii), emplear una mascarilla para evitar infectarse con esta enfermedad zoonósica.
  • El aislamiento de las hembras que hayan abortado y no dejar para vida las hembras que haya criado, ya que se pueden haber infectado.
  • La gestión adecuada de los residuos biológicos (restos del parto y abortos), depositándolos en un contenedor destinado a ello.
  • La atención a los animales recién nacidos, proporcionándoles una cama de paja abundante, limpia y seca.
  • El control de la presencia de otros animales en la granja y que pueden ser vectores de enfermedad.
  • El uso de calzas y monos desechables, o en su defecto, la desinfección de las botas antes y después de visitar la explotación.

Para saber más sobre cómo potenciar la bioseguridad en las explotaciones de pequeños rumiantes leer: Bioseguridad en parideras y reproducción en pequeños rumiantes




 
 

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