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El sector del vacuno de carne continúa avanzando para conseguir reducir la huella que, como cualquier actividad, genera en el medio ambiente, con el firme compromiso de disminuir las emisiones emitidas a la atmósfera.
Con el fin de poner en valor este compromiso con el medio ambiente, el sector de vacuno de carne español ha sintetizado varias claves que muestran la realidad medioambiental de un sector que ha sido criticado desde diversos ámbitos.
En cuanto a las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en España, según los datos publicados por el Ministerio de Transición Ecológica (MITECO) en su avance de 2018, la ganadería es responsable del 8% del total de los GEI emitidos, mientras que el sector vacuno productor de carne aporta apenas el 3,5% del total.
La lista la encabeza el transporte, que produce el 27% de las emisiones, seguido de la generación de energía eléctrica, con un 17%; la industria, con el 19%; las residencias, comercios e instituciones, el 9% de los GEI; la maquinaria, el 4%; los residuos, el 4,1%; y la combustión en las refinerías, el 3,5%.
Por tanto, los gases que emitimos en nuestro país están producidos principalmente por transporte, energía e industria.
El sector vacuno de carne está totalmente comprometido con la mitigación del cambio climático.
Está inmerso en varios proyectos de investigación e innovación, entre los que destaca el Life Beef Carbon. El objetivo de este proyecto es reducir la huella de carbono del vacuno de carne un 15% en los próximos 10 años de forma colectiva y compartida en cuatro países europeos productores de vacuno de carne: Francia, Italia, Irlanda y España. Todo ello en el marco de una estrategia más amplia, orientada a reducir nuestras emisiones.
Son muchos los aspectos positivos que el sector vacuno de carne aporta para la biodiversidad y la protección del medio ambiente.
1. El papel de los pastos como sumidero de carbono. Las vacas nodrizas, manejadas en régimen extensivo durante toda su vida, y los terneros, durante sus primeros meses, se alimentan en base a pastos.
Tal y como reconocen la UE, la FAO y la mayoría de los organismos científicos, la utilización racional de los pastos por el ganado provoca un secuestro del carbono en el suelo y cuando los animales dejan de utilizar los pastos se provoca el efecto contrario, la liberación del carbono acumulado.
2. El uso de superficies no destinadas a la agricultura. Los datos del Anuario de Estadística Agraria (2016) muestran que el 18% del territorio español son pastos, ocupando 9,3 millones de hectáreas (M Ha).
Sin embargo, según los expertos, en 25,4 M Ha de la superficie española se pasta, algo más del 50% de nuestro territorio, por lo que su conservación está ligada a la ganadería.
Entre estas zonas se incluyen los pastos de montaña, los pastos de grandes áreas del Norte y Noroeste de la Península, los entornos de las dehesas y los de las zonas mediterráneas. Todas ellas áreas no aptas para la agricultura y no destinadas a ese fin.
3. La ganadería previene la desertificación y mejora la calidad del agua, la biodiversidad y el paisaje.
La actividad de las explotaciones extensivas garantiza la protección de los ecosistemas de los pastos mediterráneos, de dehesas y de montaña. Estos ecosistemas son un almacén de la biodiversidad presente en los territorios (especies vegetales, animales, insectos, gusanos y microrganismos) con un compendio de funciones ecológicas, patrimonio natural y gran potencial lúdico y económico.
El mantenimiento de los animales en el pasto fertiliza y mejora el suelo, retiene carbono en él y filtra el agua, lo que ayuda a prevenir la desertificación del territorio.
Lo que se consigue es, por tanto, una mejora de la producción, reproducción y vitalidad de las plantas, la reducción de la erosión, una mejor composición de la vegetación, mayor disponibilidad y calidad del agua, que mejora el hábitat de vida silvestre y animal, mayor captación de carbono y, finalmente, mejor salud y producción del ganado.
4. Prevención de incendios forestales y emisiones asociadas. Mantener el ganado en el campo garantiza un desbroce y una limpieza de los bosques que previene los incendios y dificulta su expansión en caso de producirse, tanto para la conservación de nuestros ecosistemas y paisajes, como por las consecuencias que aquellos tienen para el cambio climático.
Así, las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por los incendios en la provincia de Pontevedra en 2006 fueron 1,7 millones de toneladas de CO2, lo que representa el 15% de todo lo que emite el sector vacuno de carne en España en un año.
En definitiva, el sector de la carne de vacuno está plenamente comprometido con la mitigación del cambio climático a través de la reducción continua de los GEI. Es tiempo de actuar como el sector de vacuno de carne español lleva haciendo desde hace años.
Sobre PROVACUNO
PROVACUNO es la Organización Interprofesional Agroalimentaria de la carne de vacuno, entidad de carácter privado, sin ánimo de lucro y de ámbito nacional, integrada por las principales organizaciones del sector productor y del sector de la transformación/comercialización para la defensa de los intereses del sector de carne de vacuno, lugar de encuentro y foro de debate para la mejora de la situación de la cadena alimentaria sectorial.
Más información en http://www.provacuno.es/.
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