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Tras el parto, el útero sufre modificaciones macroscópicas y microscópicas. Su peso y tamaño disminuyen rápidamente como consecuencia de la atrofia de las fibras musculares, la necrosis de las carúnculas y la eliminación de líquidos.
Conforme el útero reduce su tamaño, el endometrio sufre un proceso regenerativo para estar en condiciones de albergar una nueva gestación.
El proceso de involución uterina es favorecido por las contracciones del útero que continúan presentándose dentro de las dos primeras semanas postparto.
Las contracciones del miometrio facilitan la eliminación de fluidos y desechos, y disminuyen la posibilidad de hemorragias al presionar los vasos sanguíneos y reducir el tamaño del útero.
Todo lo que ocurre en el útero postparto está encaminado a regresar a su condición normal pregestacional y poder albergar una nueva preñez. Si todo sucede de forma normal:
Pero hay una serie de hechos que pueden afectar a la involución uterina y retrasarla, como pueden ser un parto distócico, la retención de placenta, la atonía uterina, o la metritis, entre otros.
Es fundamental trabajar para que no se produzcan y en caso de que suceda, solucionarlo lo antes posible para que no se agraven las consecuencias.
Obviamente, cabe destacar los problemas reproductivos que implica una deficiente involución uterina, como son el retraso en la salida a celo, la disminución de la tasa de concepción o el aumento del intervalo entre partos.
METRITIS
La metritis es la inflamación del útero normalmente debida a una infección microbiana en el postparto y es una de las patologías más frecuentes en las explotaciones de vacuno.
El útero postparto no es aséptico y proporciona un entorno ideal para la multiplicación de las bacterias. Entre los factores predisponentes para sufrir una metritis están:
Las consecuencias de la metritis son:
Por lo tanto, las metritis suponen unas grandes pérdidas económicas en las explotaciones de vacuno.
La prevención de las metritis es clave para reducir los gastos asociados y mejorar el bienestar animal. Si bien las medidas preventivas reducen las metritis, no logran eliminarlas. Así pues, cuando se presenta un caso de metritis es vital implementar rápidamente un tratamiento para minimizar las consecuencias.
Desde Vetia recomendamos usar un tratamiento eficaz y sin período de supresión, que consiste en la combinación de dos productos: Hemogen y Utersol.
Hemogen es un uterotónico, cuyo principio activo es el maleato de ergometrina. Tras su administración parenteral se absorbe rápidamente y su efecto dura más de 4 horas.
Actúa directamente sobre la musculatura del útero, produciendo contracciones rítmicas del miometrio.
Tiene actividad farmacológica siempre, independientemente del día postparto en el que se encuentre el animal y de sus niveles de estrés.
Utersol es una solución antibiótica intrauterina de amplio espectro, cuyo principio activo es el sulfato de gentamicina en solución salina. La infusión intrauterina de Utersol mantiene concentraciones eficaces de antibiótico en la luz del útero durante más de 6 horas.
Cabe destacar que la gentamicina tiene el espectro más amplio de actividad inhibitoria en infecciones uterinas y es eficaz frente a más del 90% de los gérmenes frecuentemente implicados en metritis.
La combinación de un uterotónico y un lavado intrauterino tiene un efecto sinérgico en el tratamiento de las metritis.
El uterotónico permite el vaciado del contenido patológico del útero, lo que reduce la carga bacteriana y su toxicidad, mejorando el estado general del animal. Además, facilita la acción posterior del antibiótico intrauterino, que se puede ver reducida en metritis con mucho contenido patológico.
De esta forma el antibiótico puede actuar directamente sobre las paredes del miometrio y los focos de infección, aumentando así su eficacia.
Por lo tanto, el tratamiento combinado de Hemogen, para expulsar el contenido patológico del útero, y de Utersol, para resolver la infección intrauterina, es un tratamiento ideal, sinérgico y de alta eficacia.
Además, es económicamente rentable, de fácil manejo, no tiene período de supresión en leche ni en carne y aporta pocos mg de antibiótico a la explotación.
TRATAMIENTO BAJO EN ANTIBIÓTICO
Con la nueva normativa se instaura un marco de actuación para el uso sostenible de los antibióticos en las especies ganaderas. Se establece un cálculo del consumo habitual y trimestral de la explotación y un indicador de referencia nacional, expresados en mg de antibiótico. Si la explotación se sitúa por encima del indicador de referencia de la especie, se deben iniciar medidas correctoras para reducir el consumo de antibióticos.
Utersol, pese a ser un antibiótico, al ser un tratamiento local aporta muy pocos mg de antibiótico a la explotación lo que contribuye a disminuir el consumo de antibióticos cuando se usa en sustitución de un tratamiento parenteral.
Utersol tan sólo aporta 200 mg de antibiótico por tratamiento (vial de 25 ml), mientras que los tratamientos parenterales habitualmente usados (oxitetraciclina, amoxicilina, bencilpenicilina + dihidroestreptomicina) aportan entre 16.000 y 41.000 mg por tratamiento (usando la posología de la ficha técnica para una vaca de 750 Kg).
Por otro lado, Hemogen es un alcaloide procedente del cornezuelo de centeno, por lo que no aporta mg de antibiótico.
Sergio Rodríguez Pedrouzo
Servicio Técnico de Rumiantes – Vetia Animal Health SAU
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