Hoy en día, solemos encontrar expresiones como la siguiente:
“¡Necesitamos comer menos carne de vacuno para salvar el planeta, las vacas están contaminando el aire con sus eructos ricos en metano, bebiendo toda nuestra agua, se están comiendo toda nuestra comida y tomando toda nuestra tierra que podríamos estar usando para cultivar comida humana!”
O, como se anuncia en la prensa estadounidense, “¡lunes sin consumo de carne!”. Si fuera en viernes, sería como la Cuaresma de Semana Santa aquí en España.
Por supuesto, el ganado tiene un impacto ambiental, lo que sucede es que además se le acusa de agotar los recursos de la tierra y también el agua. |
NUESTRO AIRE 
El metano que emiten las vacas y otros animales herbívoros hacia la atmósfera vía eructo se debe a la fermentación entérica de los alimentos.
Es parte de un ciclo natural y es muy diferente del dióxido de carbono (CO2) que emiten los automóviles o los aviones (que proviene de combustibles fósiles).

¡La vaca no agrega carbono nuevo a la atmósfera!
El metano que emite la vaca está formado por el carbono que la hierba obtuvo del aire en primer lugar y que, posteriormente, se transforma en CO2 y vuelve a la planta. Lo que representa este ciclo es que, si se mantiene la misma cantidad de vacas en el rebaño, no supondrán un calentamiento adicional a la Tierra. |
En cambio, cada vez que conducimos un automóvil o viajamos en avión no reciclamos carbono.
Se trata de emisión de CO2 en un solo sentido que se va acumulando en la atmósfera. Es decir,
lo que se produce no es un ciclo sino una calle de un solo sentido y eso significa que se deposita y permanece en la atmósfera. No hay que olvidar que muchas actividades emiten metano. Una gran fuente de metano es la descomposición de la materia orgánica en los vertederos. ¿Qué hay en los vertederos? ¡Comida desperdiciada! Un tercio de todos los alimentos producidos en el mundo acaba desperdiciándose, aun sabiendo que hay muchos países que pasan hambre. La FAO (2020) señala que “Si el despilfarro de alimentos fuera un país, sería el tercer país más grande del mundo”. Los alimentos se desperdician por diferentes razones y en los países desarrollados el desperdicio ocurre principalmente en el minorista y el consumidor final. En los EE.UU., donde encontramos infinidad de datos estadísticos (EPA, 2020), el 40% de todos los alimentos no son consumidos. La carne y los productos lácteos representan el 14% de los residuos alimentarios, mientras que el pescado constituye el 4%. Los ALIMENTOS QUE NO SON DE ORIGEN ANIMAL constituyen la mayor parte del desperdicio de alimentos, ya que suponen el 82% de nuestros residuos alimentarios. Las frutas y verduras representan el 42%. Los cereales, incluidos el pan y...
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