Camión matadero que recorre Galícia

Imaginen un gigantesco camión de 12 ruedas rotulado de azul con el logo de la Xunta ubiendo las carreteras de montaña de Petín, Trives o Larouco en las que se inspiró As Bestas (2022), la cinta de Rodrigo Sorogoyen. Conduce serpenteando hacia las pequeñas explotaciones familiares diseminadas por O Barco de Valdeorras, una de las comarcas más inaccesibles y peor comunicadas de Galicia, en la frontera con León y Zamora. Pues ya pueden cruzárselo. Sepan que ese gran semirremolque frigorífico es un matadero móvil que ha puesto en marcha la Xunta de Galicia, a través de la Consellería de Medio Rural, después de solventar bastantes dificultades administrativas y con mucho retraso con una pandemia que se cruzó en el camino de un proyecto pionero que empezó a gestarse en 2020.

El camión está listo para rodar desde el pasado 1 de diciembre con un equipo de 10 personas: entre conductores (tres), veterinarios (uno), matarifes (tres) y personal de apoyo. Tendrá su base operativa en Chantada (Lugo), donde se ubican las cámaras frigoríficas, la zona de desinfección y una pequeña oficina para la gestión administrativa. Ponerlo en marcha ha supuesto una inversión de 1,7 millones de euros al Ejecutivo gallego, que prevé destinar unos 800.000 anuales para mantenerlo.

Una vez más, la Xunta ha mirado hacia la Europa nórdica para buscar soluciones alternativas para valorizar el sector primario. La primera vez fue para introducir más madera gallega en obra pública a través de una cláusula en la licitación que fija un porcentaje progresivo desde 2024 hasta el 20%.

Para poner en marcha el telematadero, buscaron modelos o referencias en los Estados vecinos —Francia, Portugal…—, y no las encontraron más allá de un pequeño matadero ambulante para corderos y ovejas que opera desde 2022 en la Cataluña central. Tuvieron que llegar hasta Suecia y Finlandia para encontrar algo parecido a lo que trataban de armar. Lo cuenta José Balseiros Guinarte, director xeral de Ganadería e Industria Alimentaria en Galicia.

Explica que responde a una demanda histórica del sector que veía como sus costes se disparaban al tener que desplazarse muchos kilómetros en transportes especiales por carreteras tortuosas de media o alta montaña en pleno invierno para sacrificar a sus animales con las garantías sanitarias necesarias para su comercialización. «Es una forma más de mejorar la rentabilidad de los pequeños autónomos y productores del rural gallego, de premiar su compromiso con la gestión del territorio, de forma que sea un lugar más atractivo y cómodo para vivir y poder ganarse la vida», expone Balseiros. «Desde que lo anunciamos —añade este director xeral de la Xunta—, hemos tenido varias llamadas de compañeros de otras autonomías para copiar el modelo y hasta un ministro de Portugal».

Galicia es la primera autonomía en articular un matadero ambulante netamente público que lleva la infraestructura a donde la necesitan. «Somos pioneros en esto, que nos permite reducir costes al productor, mejorar el bienestar animal y certificar el producto como de animales de proximidad», destacó el conselleiro, José González. El servicio refuerza las garantías sanitarias ofreciendo una alternativa a las tradicionales matanzas caseras y elimina el riesgo de contraer triquinosis, causada por un parásito cárnico. La intención, concluyen desde la consejería gallega, es empujar una marca propia de calidad, de forma que la carne de los animales sacrificados en el tráiler móvil se transforme en un producto perfectamente fileteado, envasado y conservado en la cadena de frío listo para su distribución.

El camión matadero de la Xunta es una pequeña factoría móvil dimensionada para el rebaño ovino, caprino y porcino con capacidad para procesar 200 cerdos o 400 ovejas o cabras por semana. Quedan fuera, de momento y por tamaño, los bovinos, la cabaña predominante en Galicia, el país del millón de vacas o casi, de acuerdo a los registros históricos.

En Galicia hay 48 mataderos —datos del Ministerio de Agricultura (2022)— para 2,7 millones de personas: A Coruña (13); Lugo (13), Pontevedra (12) y Ourense (10). Son precisamente Ourense y el frente oriental de Lugo las dos provincias con las poblaciones más dispersas y las carreteras más complicadas. Para solicitar el servicio del matadero a domicilio, la Xunta activará un teléfono específico para fijar citas y resolver dudas y en el futuro próximo espera contar con una app para gestionar directamente las solicitudes. No queda aquí la innovación, ya que un algoritmo diseñará las rutas del tráiler en función de la demanda para ahorrar tiempo y combustible, y todo el sacrificio se grabará en circuito de vídeo para garantizar que cumple la normativa.

El precio del servicio se regula como una tasa pública por unidad animal —oscila entre los 10 de un cabrito pequeño a los 50 euros de un cerdo adulto— y ofrece servicios extra de almacenamiento y transporte hasta el punto de distribución. Desde Asoporcel, la asociación gallega de criadores de porco celta, aplauden la puesta en marcha de un servicio largamente esperado para que criar y sacrificar sea más rentable.