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La etología bovina, una disciplina que examina las bases biológicas del comportamiento animal, tiene una aplicación valiosa en la producción en vacunos de leche.
El comportamiento lo entendemos como el conjunto de actividades observables, ya sean heredadas o aprendidas, que los animales desarrollan en respuesta a estímulos o cambios fisiológicos. El comportamiento normal del ganado bovino abarca tanto acciones individuales relacionadas con el auto-mantenimiento como interacciones sociales entre los miembros del grupo. Dicho comportamiento, puede ser tanto innato como adquirido a lo largo de su vida, que es influenciado por experiencias positivas o negativas en su entorno, donde los ganaderos desempeñan un papel crucial.
En ambientes de confinamiento, las vacas necesitan establecer y desarrollar relaciones sociales con otras del rebaño. Sin embargo, al mismo tiempo, necesitan mantener un espacio vital mínimo a su alrededor para sentirse seguras y delimitar su posición social. La falta de este espacio vital resulta en un aumento de la agresividad y una disminución del rendimiento productivo.
Las vacas se rigen por una estructura social de dominación y vínculos sociales, que involucran interacciones positivas como el acicalamiento mutuo y negativas como la competencia por recursos. Comprender esta dinámica es esencial para gestionar el bienestar y la productividad del rebaño de manera efectiva, ya que, entenderlo da información sobre cómo las diferentes jerarquías tienen acceso a los recursos vitales como alimento, agua, refugio y espacio. En este contexto pueden surgir interacciones negativas, como conductas agresivas, y los animales pueden experimentar miedo o frustración por la competencia por los recursos. Otras señales de comportamiento anormal, de temor o inquietud incluyen un aumento en la frecuencia de micciones y defecaciones, así como una reducción en el tiempo dedicado al descanso.
Dichas interacciones negativas se pueden ver con mayor frecuencia y se vuelven más relevantes en áreas de alto tránsito de animales (bebederos, comederos, camas, pasillos, etc.) o bien, cuando se incorporan nuevos animales sin vínculo previo al rebaño.
La observación de una alta frecuencia de ciertas actividades en una explotación ganadera no garantiza un comportamiento normal. De hecho, puede ser indicativo de un malestar ambiental que cause estrés en numerosos animales, llevándolos a manifestar patrones de conducta anómalos como una forma de afrontar las insatisfacciones del entorno. Estos sentimientos de frustración, estrés o miedo pueden desencadenar problemas de salud o incidencias sanitarias al no poder satisfacer sus necesidades. Por tanto, comprender las causas y la aparición de estas conductas anormales es fundamental para optimizar los rendimientos productivos en una explotación ganadera.
A continuación, te daremos unos ejemplos de los criterios y sus indicadores del comportamiento animal que pueden indicar ausencia de bienestar animal y repercusiones productivas.
CRITERIO | INDICADOR |
COMPORTAMIENTO | – Disminución de la ingesta de alimento
– Alteraciones en el comportamiento locomotor y de postura – Alteraciones en el tiempo de descanso (menos tiempo de rumia) – Tos, escalofríos y apiñamientos – Acicalamiento excesivo – Manifestación de comportamientos estereotipados, agonísticos, depresivos u otras conductas anómalas |
TASA DE MORTALIDAD Y ELIMINACIÓN SELECTIVA | – Muertes y eliminación selectiva por encima de los umbrales habituales |
CAMBIOS DE PESO, CONDICIÓN CORPORAL Y PRODUCCIÓN LECHERA | -Cambios significativos de peso corporal
– Pérdida repentina de peso – Disminución de la producción de leche – Cambios en la condición física |
EFICIENCIA REPRODUCTIVA | – Anestro o intervalo prolongado entre partos
– Baja tasa de concepción – Alta tasa de abortos y distocias – Placenta retenida, metritis – Pérdida de fertilidad en toros reproductores |
RESPUESTAS AL MANEJO | – Distancia de fuga excesiva
– Comportamiento negativo durante el ordeño – Lesiones durante el manejo – Vocalizaciones anormales – Comportamiento alterado en la manga o brete de contención – Resbalones o caídas
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Tabla adaptada de: Bienestar Animal y Sistemas de Producción de Ganado Vacuno Lechero
Para garantizar el bienestar de los animales en producción, es fundamental integrar el conocimiento de la etología y respetar las libertados de los animales. Una manera efectiva de lograrlo es a través de la capacitación del personal involucrado en su manejo. |
En la actualidad, para la observación del comportamiento hay bastantes sistemas que se podrían aplicar en explotaciones lecheras. Cuando se trata de observar el comportamiento del ganado vacuno lechero, es crucial seguir ciertas normas básicas que garanticen la precisión y la utilidad de los datos recopilados.
*Tiene limitaciones temporales debido a el tiempo de observación y periodo del día durante el cual se observa a la población.
Para una observación efectiva, es crucial tener una comprensión clara del comportamiento normal del ganado en función de su crianza y el entorno en el que se encuentran. Distinguir entre lo normal y lo anormal proporciona un punto de referencia para la evaluación, siendo conscientes de que la presencia en cantidad de un comportamiento, no es necesariamente uno normal. Es esencial establecer una metodología clara y simple que forme parte de la rutina diaria del observador para garantizar consistencia y facilidad en la recopilación de datos.
La etología nos revela la importancia de implementar prácticas de manejo, que pueden representar un bajo costo, que mejoren la eficiencia del proceso productivo. Sin embargo, la aplicación de estas técnicas puede enfrentar obstáculos debido a las costumbres arraigadas en las personas que trabajan en el campo, donde a menudo se prioriza el manejo de los animales con fuerza sobre el conocimiento del comportamiento de estos y se asumen prácticas de manejo sin considerar su bienestar.
Entender la etología del ganado vacuno de leche es fundamental para evaluar y promover el bienestar animal en las explotaciones ganaderas. Al conocer los comportamientos normales y anormales, así como los indicadores de salud y estrés, los ganaderos pueden identificar y abordar problemas de manera proactiva. Conocer de igual manera el comportamiento de los animales, nos ayuda a facilitar el manejo, disminuyendo la necesidad de la fuerza y mejorando la relación del animal con el cuidador. Esto no solo contribuye al bienestar de los animales, sino que también puede prevenir pérdidas económicas asociadas con enfermedades, lesiones o disminución del rendimiento productivo. Además, al implementar prácticas de manejo que promuevan el bienestar, se fomenta un entorno más productivo y sostenible, beneficiando tanto a los animales como a los productores. |
Recuerda las 5 libertades del Bienestar Animal
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Leer artículo completo: Miraglia, D., Larsen, R., García Espil, A., & Arocena, P. (2019). Revisión bibliográfica sobre la etología bovina y su aplicación en producción animal. Recuperado de https://ridaa.unicen.edu.ar:8443/server/api/core/bitstreams/662c41e3-01c2-472d-83d6-072f566f5982/content |
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