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El pasado martes 27 de septiembre se pubicó el documento del Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN) 2022-2024, donde se tratan diferentes cuestiones, como son la vigilancia del consumo de antibióticos y de las resistencias que se han creado, su importancia para la salud pública y la concienciación de la población, entre otras.
El PRAN marca que en 2012 la presión internacional para abordar el problema de la resistencia a nivel nacional aumentaba. No obstante, aunque España estaba en su máximo índice de consumo de antibióticos, la lucha contra la resistencia aún no era una preferencia de la agenda política española.
Consecuente de que la progresiva aparición y propagación de las infecciones originadas por bacterias resistentes a antibióticos forma una de las amenazas más peligrosas para la salud pública, la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (Aemps) decidió dar respuesta a este problema, y en 2012 emprendió el proyecto, que culminó en 2014 con la aprobación del PRAN.
El PRAN está constituido en seis líneas estratégicas que son:
Vigilancia
Control
Prevención
Investigación
Formación
Comunicación
También reconoce que los esfuerzos aislados no son suficientes para atajar un problema que no conoce fronteras entre sectores.
Los coordinadores certifican que la columna vertebral del PRAN es ‘One Health’, ya que incluye salud humana, sanidad animal y medioambiente, y en él participan, cada uno en el marco de sus competencias:
Todas las Comunidades Autónomas 10 ministerio
70 sociedades científicas
Organizaciones colegiales
Asociaciones profesionales y universidades
Más de 300 colaboradores expertos
Hasta la ahora, el PRAN ha puesto en marcha un total de 80 medidas en todo el ámbito nacional y, entre sus logros, destaca la notable reducción del consumo de antibióticos. Desde sus inicios en el 2014 hasta el 2020 inclusive, el consumo en salud humana registró una bajada del 32,4%, mientras que las ventas de antibióticos veterinarios se redujeron casi un 57%.
LA RESISTENCIA A LOS ANTIBIÓTICOS
Los coordinadores del PRAN subrayan algunos de las variaciones que se verán en los inmediatos años. Asimismo, en sanidad animal colocarán por estar “más cerca del campo” y de esta manera fortalecer el diálogo con los diferentes sectores gracias a una nueva organización de los grupos de trabajo, como el de vigilancia de consumo, de resistencias, el grupo para mejorar la disponibilidad de medicamentos veterinarios y alternativas al uso de antimicrobianos para mejorar la disponibilidad de medicamentos veterinarios y alternativas al uso de antimicrobianos.
De la misma forma, también citan el grupo de trabajo Reduce. En este ámbito, manifiestan que los tres primeros grupos serán transversales y aportarán datos a cada uno de los grupos Reduce. Al mismo tiempo, dentro de cada grupo Reduce se establecerán subgrupos de trabajo para trabajar en vigilancia del consumo y de resistencias, en planes de acción estratégicos preventivos de higiene y bioseguridad, en medidas de control de infecciones y de consumo de antibióticos y en estrategias de comunicación y formación.
“Esta forma de trabajo permitirá diseñar soluciones a la medida de las necesidades específicas de cada sector de producción. También cabe destacar que, tras dos planes de acción, las acciones concernientes a los antibacterianos están consolidadas, aunque siempre sujetas a cambios y ampliaciones”, anotan.
Igualmente, avanzan que en este nuevo PRAN se va a amplificar la vigilancia de nuevos antimicrobianos, incluyendo antifúngicos y antituberculosos en salud humana, antivirales y antiprotozoarios en sanidad animal, así como el control de otros microorganismos como hongos resistentes u otros microorganismos de relevancia clínica que surjan.
NUEVOS DESAFÍOS DEL PRAN
Mientras el objetivo central del primer PRAN (2014-2018) fue involucrar al mayor número de agentes posible en la lucha contra la resistencia a los antibióticos, el segundo estableció objetivos cuantitativos y acciones más concretas y específicas.
Al término de este segundo PRAN (2019-2021), y con el propósito de tener una perspectiva más objetiva de las acciones y los logros alcanzados, el equipo de coordinación del PRAN elaboró y difundió una encuesta de calidad entre las sociedades científicas, entidades colaboradoras y grupos de trabajo del PRAN para valorar las funciones que se han coordinado.
El análisis de los resultados de esta encuesta ha destacado acciones valoradas positivamente y que requieren continuidad (la implementación de los Programas de Optimización del uso de Antibióticos (PROA) y la función de los Coordinadores Científico Técnicos PROA (CCT-PROA), las actuaciones en la redacción de las normas de certificación, la implementación de las guías terapéuticas antimicrobianas del Sistema Nacional de Salud (SNS), los Programas Reduce, la vigilancia de bacterias patógenas clínicas y bioseguridad e higiene, y también ha servido para identificar nuevos objetivos y acciones para el nuevo PRAN (2022-2024).
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En salud humana, desde el PRAN ven necesario consolidar los Sistemas de vigilancia, incorporando a la legislación de Salud Pública el «Sistema de Vigilancia Nacional de la Resistencia a los Antimicrobianos”, señalan desde el PRAN, que expone que seguirán trabajando para completar la implementación del sistema de vigilancia en las comunidades autónomas.
“También continuaremos profundizando en el conocimiento del papel del medioambiente en la producción y la transferencia de resistencias y ampliando esfuerzos para concienciar a nuevos sectores. Se abre una nueva etapa ilusionante en la que todos somos PRAN; un PRAN de “Una Sola Salud” y con una sola voz para ir todavía más lejos y conseguir frenar el crecimiento de la resistencia a los antibióticos y su impacto en la salud de toda la población”, ultiman.
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