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Las investigaciones del Instituto Pirbright revelan que el virus de la fiebre aftosa interactúa con las células inmunitarias de los tejidos denominados linfoides, que son una parte esencial del sistema inmunitario
Esto ayuda a que el virus persista en animales como el búfalo africano y permite que estos animales se conviertan en «portadores» de la enfermedad, lo que a su vez supone un riesgo para otro ganado susceptible.
Entender cómo el sistema inmunitario de los animales combate el virus de la fiebre aftosa puede aportar más información sobre cómo crear vacunas que proporcionen una inmunidad duradera al ganado. |
Las vacunas actuales proporcionan una protección a corto plazo, por lo que una mejor comprensión de la inmunidad frente a esta devastadora enfermedad podría conducir al desarrollo de vacunas más duraderas que beneficiarían a los ganaderos cuyo sustento (seguridad alimentaria y económica) depende de sus rebaños.
Investigaciones anteriores de Pirbright han demostrado que el virus de la fiebre aftosa persiste en los búfalos africanos, y comprender cómo ha ocurrido es el siguiente paso en la lucha contra este virus. En este estudio, los científicos utilizaron un modelo de ratón para una investigación detallada. Descubrieron que el virus de la fiebre aftosa se une a un tipo de células del sistema inmunitario denominadas células dendríticas foliculares, que son esenciales para presentar el virus al sistema inmunitario y así poder prevenir la enfermedad.
Las células dendríticas foliculares sólo se encuentran en los tejidos linfoides, como los ganglios linfáticos y el bazo. Estos tejidos forman parte de la respuesta inmunitaria adaptativa, que permite al sistema inmunitario montar una respuesta específica y tener «memoria» de ella para poder reconocer una infección posterior.
Los investigadores también descubrieron que el virus de la fiebre aftosa se une a un receptor conocido como CR2/CR1 en las células dendríticas foliculares. Este receptor es importante en la respuesta inmunitaria adaptativa y esta investigación demostró que era esencial para atrapar y retener el virus, lo que a su vez conduce a una respuesta inmunitaria mejor y más duradera.
Curiosamente, el estudio también reveló qué tejidos linfoides eran importantes en la infección por el virus de la fiebre aftosa y se correlacionó con las predicciones de los investigadores sobre los orígenes de la persistencia en el búfalo africano.
El profesor Bryan Charleston, director del Instituto Pirbright y jefe del grupo de Inmunología Viral, aclaró que «la investigación ayuda a colmar el vacío de conocimientos sobre cómo el sistema inmunitario se enfrenta a la infección por el virus de la fiebre aftosa en los grandes animales. Nuestro extenso trabajo en búfalos africanos, un huésped natural de la enfermedad, nos ha permitido predecir por qué y cómo puede producirse la persistencia y luego probar esta teoría en un modelo de animal pequeño. Esto nos ha proporcionado nuevos conocimientos sobre las respuestas inmunitarias al virus de la fiebre aftosa y podría proporcionar pistas sobre cómo aumentar la longevidad de la protección de la vacuna» |
Pirbright se centra en los estudios de la respuesta inmunitaria a las infecciones víricas en el ganado. Además, han proporcionado asesoramiento y experiencia en el diseño de modelos de desafío de enfermedades infecciosas para una amplia gama de patógenos en ganado vacuno, cerdos y búfalos africanos. Actualmente, los esfuerzos del grupo Pirbright se centran en la comprensión de la respuesta inmune al virus de la fiebre aftosa en el ganado para desarrollar nuevas vacunas.
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